Los beneficios del yoga en el Parkinson están asociados al control de síntomas psicológicos a los que se tienen que enfrentar las personas diagnosticadas con la enfermedad, además de hacer frente a los síntomas físicos como los temblores, inestabilidad, rigidez o lentitud en los movimientos.
Se trata en este caso básicamente de la ansiedad y la depresión, pues se estima que afectan a más de la mitad de las personas con Parkinson.
Un reciente estudio publicado en la revista Jama Neurlogy, reveló que practicar yoga puede ayudar a estas personas a elevar su calidad de vida, mediante el mejoramiento, no sólo de su movilidad, sino también de su salud mental.
Resultados del estudio
En el estudio participación 138 adultos con Parkinson, de los cuales 71 realizaron ocho semanas de clases de yoga de atención plena –que ayuda a concentrarse sobre el momento presente– y 68 clases de estiramiento y entrenamiento de resistencia.
El grupo de yoga, además de las clases también tuvo una sesión semanal de 90 minutos de hatha yoga, que se centra en la meditación y la respiración.
El estudio reveló que, aunque se observó en todos los participantes una mejora motora, en el grupo que hizo yoga también tuvieron mejoras en los niveles de ansiedad y depresión.
El yoga de atención plena alivia la angustia psicológica, mejora la calidad de vida y el bienestar espiritual, explicó Jojo YY Kwok, uno de los autores del estudio.
El estudio determinó que solo cuatro de los participantes del equipo de yoga tuvieron dolores temporales en una rodilla y dos personas del grupo de resistencia y estiramiento. Sin embargo, ninguno de los participantes tuvo efectos secundarios más graves.

Adaptar la clase a las necesidades de los pacientes
El estudio corroboró que el yoga tiene un papel importante en el tratamiento del Parkinson, ya que es una alternativa terapéutica benéfica y una forma ideal de ejercicio debido a sus movimientos lentos.
No obstante, existen dos tipos de yoga más, que son los más recomendados para las personas con Parkinson:
Pranayana (Control de la respiración): Mantiene la mente alerta, ayuda en momentos de pánico. Este y otros movimientos del yoga pueden ayudar a relajar los músculos faciales, que pierden movimiento por la enfermedad.
Ashtanga es una de las formas más útiles de yoga para el Parkinson, pues ayuda a fortalecer el cuerpo y a aumentar la circulación sanguínea.
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