Las terapias rehabilitadoras para mejorar la calidad de vida de personas con Parkinson son un complemento ideal al tratamiento médico y quirúrgico que existe para aliviarlos síntomas de la enfermedad.

El tratamiento básico del Parkinson es farmacológico y el fármaco clásico suele ser levodopa, aunque existen otras alternativas o sustitutos, que se aplican especialmente al inicio del mismo.

En este aspecto es necesaria una supervisión estrecha para asegurar que las pautas de tratamiento son bien toleradas y que se realizan cambios adecuados de la pauta a medida que la enfermedad progresa.

En la parte quirúrgica, existe la alternativa de una operación denominada Estimulación Cerebral Profunda, que consiste en colocar electrodos en los ganglios basales, una parte del cerebro, y conectarlos con un neuroestimulador, es decir, una pequeña máquina.

Por otra parte, hoy por hoy, la rehabilitación (fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional y ayuda psicológica), es el complemento adecuado para ralentizar la progresión de la enfermedad.

Cada paciente precisa en cada momento una evaluación individual y las posibilidades de tratamiento hay que ajustarlas a ese momento y en ese paciente particular.

El tratamiento de rehabilitación en el Parkinson comprende varios aspectos, que Fundalianza los resume así el presente artículo.

Fisioterapia

El objetivo fundamental de esta terapia rehabilitadora, es contribuir a lograr una movilidad más cómoda y fácil en la vida cotidiana de la persona.

Con este fin, se desarrollan estrategias para afrontar y/o superar las dificultades motoras que conlleva la enfermedad y se ayuda a la persona a mantenerse activa en el mayor grado posible.

De acuerdo con el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud, también se busca “reeducar aquellas formas de moverse que están alteradas o disminuidas; aportar estrategias para superar las dificultades e iniciar un movimiento y mejorar la movilidad de los miembros inferiores, necesaria para la realización de las actividades de la vida diaria”.

Igualmente, se pretende- dice- preservar en buen estado el tejido muscular y estimular la circulación sanguínea; reeducar la postura, para prevenir así dolores derivados de malas posiciones mantenidas; mantener y/o mejorar la capacidad respiratoria, comprometida por la rigidez y la dificultad de movilidad torácica; mantener el equilibrio y mejorar la coordinación.

Terapia ocupacional

Conseguir que la persona con Parkinson sea lo más independiente y autónoma posible, para mejorar y/o mantener su calidad de vida, es el objetivo básico de este terapia rehabilitadora.

No obstante, ello está delimitado por el estado y la evolución de la enfermedad en cada persona y sus circunstancias de vida. El tratamiento no sólo hace énfasis en los déficits y problemas individuales, sino también en las potencialidades de cada persona.

Lo que se busca es mejorar y/o mantener la coordinación y la actividad voluntaria de los miembros superiores y en especial de las manos; así como favorecer la comunicación, en todas sus modalidades.

También pretende ayudar a la persona con Parkinson y a la familia a organizar sus rutinas diarias, favoreciendo la creación de hábitos que refuercen la autonomía, sus roles, ocupaciones, aficiones para continuar con las actividades que llevaban o buscar alternativas para mantener su calidad de vida.

Así mismo, es pretensión de esta terapia, potenciar las funciones cognoscitivas como la atención, la memoria, la orientación, las funciones visuoespaciales, perceptuales y ejecutivas para disminuir la bradicinesia (lentitud en los movimientos).

Logopedia

El tratamiento busca tres objetivos fundamentales: mejorar la inteligibilidad del habla, facilitar la comunicación con el entorno familiar y social y mejorar la capacidad del habla.

El primer objetivo se logra concientizando a la persona sobre qué aspectos del habla dificultan su comunicación y el segundo, ofreciendo orientación a la persona y a su cuidador.

El tercer objetivo se logra con la práctica sistemática e intensiva de ejercicios para automatizar el control de varios aspectos implicados en el habla (respiración, fonación, articulación, y entonación del discurso).

Además, según el mencionado instituto, se debe: fomentar el trabajo en casa, así como la colaboración familiar como apoyo a las sesiones de logopedia para favorecer la generalización de lo aprendido al lenguaje espontáneo.

Es necesario también concientizar a la persona con Parkinson sobre qué aspectos dificultan el proceso de deglución en cualquiera de sus fases, especialmente en la oral y la faríngea.

En la intervención logopédica se trabaja en las áreas de rehabilitación del control postural; relajación; rehabilitación respiratoria y soplo; terapia para mejorar las funciones musculares (movimientos de la cara y la garganta…).

Igualmente, en la rehabilitación en el uso y función de los músculos en la cara (labios, lengua, y mandíbula); coordinación en la respiración del uso de la espiración con la voz; rehabilitación articulatoria y ritmo; rehabilitación de las funciones laríngeas; rehabilitación de la prosodia (especialmente la entonación); y la deglución.

Tratamiento Psicológico

Pretende ayudar a la aceptación de la enfermedad y adaptación a los cambios; mejorar el estado anímico y el manejo de emociones; mejorar la calidad de vida; fomentar las relaciones sociales y familiares; estimular la autonomía; fomentar la vida activa; aumentar el autoconcepto y la autoestima.

Igualmente, pretende estimular la toma de decisiones; favorecer el autocontrol; proporcionar información a la persona afectada, así como a su familia y cuidadores, y también, cuidar al cuidador.

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